Dalai Lama - El peor dictador de los tiempos modernos

A través de esta información estamos diciéndole al Dalai Lama que deje de mentir, que deje de hacer daño a millones de personas, que deje de abusar de los derechos humanos fundamentales y que acabe con la discriminación religiosa.

Por sus propios egoístas intereses políticos, el Dalai Lama ha prohibido, de manera arbitraria y falsa, el culto a la deidad iluminada Doryhe Shugden, ha forzado a todos los practicantes tibetanos Shugden fuera de sus propias comunidades y, de manera continua, está llevando a cabo acciones para expulsar, también, al resto de practicantes Shugden de las comunidades budistas de todo el mundo.

Las razones, erróneas, que públicamente ha ofrecido son: Que la práctica de Shugden

1) Perjudica su vida,

2) Perjudica al pueblo tibetano,

3) Perjudica la independencia del Tíbet.

 

Todavía no ha facilitado una sola razón válida que demuestre que Shugden perjudica su vida, perjudica al pueblo tibetano, o a la independencia del Tíbet. Está claro que  miente. Si se analiza, honesta y cuidadosamente, cualquiera puede constatar que está mintiendo.

 

¿Cómo están sufriendo la gente las consecuencias de las acciones de este falso Dalai Lama?

Mientras que el Dalai Lama disfruta de una vida esplendorosa para sí mismo, y se embolsa cantidades enormes de dinero, mediante el uso incorrecto de las preciosas enseñanzas de Buda, realmente millones de personas están sufriendo la división instigada por él y que ha destruido la paz y la armonía hasta entonces existentes.

A causa de la fe ciega o de otras ideas religiosas extremistas, mucha gente cree a pies juntillas las dañinas palabras del Dalai Lama y, sin cuestionárselas, siguen de manera sincera su errada guía. Así, muchos de entre quienes no practican Shugden, se muestran extremadamente enfadados con quienes sí la practican y han echado a la fuerza, de la sociedad tibetana, a los practicantes de Shugden, utilizando para ello la humillación pública, la provocación, la intimidación y las amenazas, e incluyendo despidos de sus puestos de trabajo, negándoles los servicios públicos básicos y difundiendo públicamente mentiras acerca de ellos.

 

El Dalai Lama es un monje budista. Buda dijo que los monjes no han de perjudicar a ningún ser ni causar sufrimiento. El Dalai Lama ha dañado, y sigue perjudicando, a millones de personas inocentes, a quienes les está ocasionando un miedo, sufrimiento y peligros completamente innecesarios. Él está actuando totalmente en contra de las enseñanzas de Buda y demostrando públicamente una gran falta de respeto por Buda y el budismo.

En un solo mes, febrero de 2008, expulsó a 900 inocentes monjes practicantes de Shugden de la comunidad tibetana. Todos ellos monjes eran muy pobres, pero lo perdieron todo, incluyendo la atención y la ayuda básicas que recibían de sus familiares, amigos o de la comunidad. Sin sustento diario ni tener adónde ir o de quién recibir apoyo o ayuda, se encuentran, por segunda vez, exiliados, en el exilio. Esta dolorosa situación ha invadido verdaderamente las comunidades tibetanas en todo el mundo. Y sólo el Dalai Lama tiene el poder de solucionarlo. Si se investiga cuidadosa y honestamente, cualquiera puede entender que las acciones de este falso Dalai Lama van directamente en contra de las leyes fundamentales de los derechos humanos.

 

Para liberar a millones de personas inocentes de este incesante sufrimiento, solicitamos a todo ciudadano o ciudadana de cualquier parte del mundo, incluyendo a los líderes mundiales, que conminen al Dalai Lama a aceptar los siguientes cuatro puntos:

  1. Permitir, a quien quiera que lo desee, realizar la práctica de Dorje Shugden con libertad
  2. Detener por completo la discriminación contra los practicantes de Shugden
  3. Permitirles a todos los monjes y monjas expulsados ​la reincorporación a sus monasterios y conventos, con el mismo apoyo material y los mismos derechos espirituales que quienes no practican Shugden.
  4. Escribir a las comunidades tibetanas de todo el mundo comunicándoles que han de cumplirse los tres puntos anteriores.