Una solución sencilla

Artículo 5 de la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas 48/128 de 1993 para la “Eliminación de todas las formas de intolerancia religiosa”-

 

 “Insta a los Estados a velar por que, en el desempeño de sus funciones oficiales, los funcionarios de los órganos encargados de hacer cumplir la ley y de la administración pública, los educadores y demás funcionarios públicos respeten las diferentes religiones y convicciones y no discriminen contra las personas que profesan otras religiones o convicciones;”

 

El Dalai Lama es el cabeza del estado de la Comunidad Tibetana en el Exilio. Para resolver esta crisis entre su pueblo, solo ha de reconocer y aceptar su deber de cuidar por todos los tibetanos y tibetanas en el exilio, no solo de quienes comparten sus creencias.

 

El Dalai Lama debe dar marcha atrás a su persecución aplicando los 4 puntos siguientes:

1. Permitir a quien lo desee, la libertad de practicar Doryhe Shugden
2. Parar completamente la discriminación contra los practicantes Shugden
3. Permitir que todos los monjes y las monjas Shugden que han sido expulsados regresen a sus monasterios y gocen de los mismos derechos espirituales y materiales como los no practicantes de Shugden
4. Escribir a las comunidades tibetanas en el mundo indicándoles que han de poner en práctica los 3 puntos anteriores.