Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
–La Declaración Universal de Derechos Humanos, Artículo 11.1, Naciones Unidas (1948).
Ningún budista Shugden ha sido condenado por ningún crimen violento y aún así el Dalai Lama y sus representantes continuamente insultan a esta gente inocente al referirse a ellos como asesinos y terroristas.
Es vergonzoso que un jefe de Estado, y sus más reconocidos líderes, ignoren tan incomprensiblemente la presunción de inocencia –una piedra angular de cualquier sociedad libre.
Hubo un horrible asesinato en Dharamsala en Febrero de 1997. Geshe Lobsang Gyatso y dos de sus ayudantes fueron asesinados. Este caso nunca ha sido resuelto. Nadie ha sido acusado, ni mucho menos condenado. Hay muchos motivos posibles para este ataque puesto que Gen Lobsang Gyatso tenía muchos enemigos –él había escrito artículos avergonzando al movimiento de guerrilla tibetano, hombres que habían estado lidiando con una lucha violenta dentro de las fronteras del Tíbet durante cincuenta años– y se informó de que acababa de regresar de un viaje de captación de fondos con muchos miles de dólares en metálico.
Hay un vídeo de Prithvi Raj, Jefe de Policía del Distrito Kangra, haciendo alegaciones contra los practicantes Shugden. Las acusaciones que hace están basadas en pruebas que se demuestran erróneas o falsificadas. Él alega especialmente tener un registro de llamadas hechas por los asesinos a un teléfono registrado con el nombre de Geshe Chime Tsering, un miembro prominente de la Sociedad Dorje Shugden en Delhi… Geshe Chime Tsering no tiene ningún teléfono registrado a su nombre.
La única decisión legal hasta el momento ha sido una reprimenda contra la policía de Dharamsala por detener ilegalmente a miembros de la Sociedad Shugden de Delhi.
Incluso si los asesinos fueran budistas Shugden, acusar entonces a todos los budistas Shugden de ser asesinos, no es otra cosa que un vil prejuicio. No obstante todo esto, el Dalai Lama y sus representantes no han perdido ni una sola oportunidad para divulgar esta difamación.
“Este espantoso acto fue explotado hasta el fondo por el gobierno en el exilio con un solo objetivo en mente: el echar mano por todos los medios a su alcance de incriminar a la Sociedad Dorje Shugden en Delhi.”–Helmut Gassner, traductor del Dalai Lama en Europa durante 17 años.
¿Un Delito Penal el Rezar?
El 17 de Marzo de 2014, la Asamblea de los Representantes del Pueblo Tibetano aprobó una resolución que:
‘reconoce también a los seguidores Dolgyal […] como criminales’.
¿Qué clase de gobierno aprueba una resolución que condena a la gente como ‘criminales’ simplemente por preservar su fe y no aceptar creencias impuestas sobre ellos por su gobierno?
Como la doctora Stephanie Roemer subraya en su investigación: ‘La Administración Central tibetana no tolera ninguna oposición dentro de la “democracia” en el exilio’.
El Dalai Lama repite calumniantes prejuicios contra los practicantes Shugden, cuando ninguno de ellos ha sido nunca condenado por estos crímenes.